Tomar una decisión fundamental en tu vida como qué estudiar o dónde trabajar suponen un punto de inflexión que te puede llevar a desmotivarte y experimentar episodios de angustia porque estás confundido. Permitirte un año sabático podría ser una alternativa.
Existen varios momentos en la vida de una persona joven en los que se pueden experimentar crisis profundas que necesitan ser resueltas: el primero, es al terminar el colegio y decidir qué quieres estudiar (o si quieres estudiar); el segundo es cuando acabas la universidad, antes de empezar a trabajar; y el tercero es cuando estás trabajando, pero sientes que quieres cambiar de rumbo.
Si no se tiene claro el propósito vital o una vocación muy definida, es posible que el instante de elegir una transformación sustancial que implique tu futuro te genere, entre otras cosas, dudas, miedo, ansiedad, confusión, desmotivación, depresión, enfermedades, irritabilidad, malestar, bloqueo mental, parálisis o inactividad.
En estas condiciones, tener que tomar una decisión importante se convierte en una tarea titánica y tiene más probabilidades de hacerse sobre la base de unos argumentos poco sólidos. Cuando una persona está bloqueada y no puede ver sus preferencias con claridad siempre intento incluir dentro de las opciones que visualiza el año sabático. Seguir dentro del mismo ambiente, recibiendo los mismos estímulos puede ser perjudicial para su proceso racional y para su autoestima.
El año sabático es el horizonte temporal (no necesariamente tiene que ser un año, puede ser menos) en el que una persona decide dejar de lado sus responsabilidades académicas y/o profesionales y se dedica exclusivamente a sus iniciativas personales.
Sabático se refiere al descanso, por lo que dentro de un año sabático puedes hacer todo aquello que para ti sea totalmente diferente a tu rutina diaria. Aquello que permite que tu cabeza cambie de proceso mental y genere nuevas conexiones neuronales que son las que te van a llevar a generar pensamientos y emociones desconocidas.
Si te planteas tomarte un año (periodo) sabático, lo mejor es que hagas una reflexión de lo que realmente te apetece probar, conocer, vivir o experimentar y a partir de ahí, confecciones una lista con lo que no puedes demorar. Y cuando lo tengas claro, planifica cómo lo vas a hacer. Es importante que compartas tu decisión con tu familia para que comprendan qué necesitas y te ayuden a organizar bien todo el proceso.
A continuación, te doy unas pistas de las cosas que hace la gente cuando planifica un año sabático:
- Formación, ya sea en tu mismo país o en otros países. Esta formación no tiene porqué estar relacionada con tu perspectiva académica o laboral. Puede cubrir cualquier aspecto que te interese como fotografía, programación, cocina o finanzas, siempre que se salga de tu rutina y no te genere ruido interior que haga que la recibas desmotivado.
- Estudiar idiomas, que mejoran tu cualificación y tu CV, te permiten conocer nuevas culturas y te dejan tiempo libre para dedicarte a otras actividades.
- Viajar sin tener que hacer nada programado, simplemente por el hecho de expandir tu experiencia y cumplir uno de tus sueños.
- Voluntariado, puesto que las situaciones de crisis se pueden vivir como vacío interno que las personas creen que pueden cubrir ayudando a los demás.
- Desarrollo personal, mediante el que conseguirás cultivar tu mundo interior para enriquecer el resto de las actividades que lleves a cabo.
- Montar una empresa. ¿Por qué no? Antes de empezar a estudiar, al terminar o al cambiar de trabajo puede ser un buen momento para que hagas tus propios experimentos.
Los beneficios de tomarte un año sabático son bastante elocuentes:
- Conocerte mejor a ti mismo. Inicias un proceso de parar el ritmo de la vida a tu alrededor y optas por escuchar qué quieres, quién eres y cuáles son tus preferencias. Saldrán a relucir muchos miedos, pero enfrentarte a ellos es parte del crecimiento personal que vas a vivir.
- Descubrir cuál es tu propósito vital. Si tenías dudas sobre a qué dedicarte, un año sabático te puede proporcionar una mejor perspectiva y ayudarte a seleccionar mejor qué habilidades y talentos tienes.
- Conocer gente nueva que te aporte ideas diferentes y con las que compartas realidades distintas a las que están dentro de tu círculo de confort.
- Responsabilizarte de tus decisiones y asumir el dominio de tu vida. Tú eres el que decides en qué momento estudias, en qué momento trabajas y no te adaptas a las imposiciones de la sociedad. Sigues tus propios tiempos.
- Aprender idiomas, culturas, vivencias, formas de hacer las cosas, que completarán tu experiencia personal y que te impulsarán a avanzar.
Hay personas que piensan que un año sabático puede tener consecuencias negativas como quedarte desactualizado de las prácticas académicas o laborales, cambiar mucho en ese tiempo, o perder la disciplina que habías desarrollado a lo largo de los años anteriores. Desde mi punto de vista, todo depende de cómo se viva el año sabático. La actitud con la que se tiene que vivir este descanso debe ser muy abierta puesto que se está invirtiendo un tiempo muy valioso en adquirir experiencias que sean enriquecedoras. Si no hay un compromiso por tu parte de sacar el máximo partido a las situaciones que experimentes, el año sabático no servirá de nada.
Si quieres que te ayude a conseguir organizar tus ideas, puedes venir a verme para que te cuente mi plan.